Se enmarca el título en un rectángulo de proporciones áureas (figura 1) con la finalidad de enfatizar el concepto de ‘programación’ desde la tipografía. Con sus correspondientes medidas, se descomponen otros rectángulos recíprocos que permiten dividir el espacio en dos, según la diagonal propuesta (figura 2). Los dos puntos de vista (P1 y P4) desde los que se interpreta la Dignidad Humana quedan enmarcados en una diagonal de perspectivas invertidas (figura 3). De igual manera, el propio diseño de letras desgastadas, y con un indicio de degradado en rojo alerta que la obsolescencia ya está programada.

En cuanto a las fotografías, se decide trabajar con la característica pantalla de los Cines Callao de Madrid, porque el contenido proyectado en ella siempre es selecto y atiende a motivos específicos. Salir proyectado resulta todo un hito. Esa plaza urbanita, atendida y desarrollada perfila un contexto que permite jugar con el contraste entre ambas culturas. Se escoge la fotografía utilizada, ya que, aparte de que permite vislumbrar la gran pantalla en su plenitud, varias personas se agolpan fotografiándola y dejando ver, a su vez, las pantallas de sus móviles.

Se escoge la imagen de los niños como fotografía proyectada. Representa la curiosidad común en todas las personas y pone en tela de juicio la disparidad del progreso.

La fotografía proyectada en la pantalla original de Callao es de un cantante conocido. Dista de considerarse contenido relevante. Sin embargo, es profundamente influyente, pues la imagen es fotografiada como si fuera a ser efímera. Esta actitud civilizada inspiró el ensayo publicado en nuestra revista como parte de la antología “Los medios de comunicación a examen”. Puede leerse en el siguiente enlace: Obsolescencia Programada, la mayor antítesis de los tiempos.