Para reflexionar sobre el término “Aldea Global” veía adecuado hacerlo antes con aquello que me lo explica, en su propia mecánica de retroalimentación. Dícese de la expresión, según esta fuente “fiable” que ofrece Internet, como aquella que “busca describir las consecuencias socioculturales de la comunicación inmediata y mundial de todo tipo de información, lo que posibilitan y estimulan los medios electrónicos de comunicación”. Así es que el concepto acuñado por M. McLuhan es el propio Internet en su efervescencia, la “Aldea Ciberespacial” representa el peligro de la inmediatez de la que ahora se aprovecha el mensaje. Así, los actuales profesionales de los medios juegan con este punto –fuerte o débil, según cómo se mire– en el modo a desentrañar dicho comunicado. Este “aquí y ahora” está generando la impaciencia responsable de formar sociedades interesadas, donde el estado de bienestar económico prima sobre el estado de bienestar social. Importa más el “tenerlo” que la “calidad”. Y no es que este “aquí y ahora” pueda concebirse únicamente como la impaciencia que supone algo negativo. El “aquí y ahora” puede verse en sentido inverso y concebirse con la positividad de la prudencia. Los medios de comunicación deben decantarse por esta segunda opción considerando que, sin poder prever el efecto que provocan sobre la dimensión pública, el hecho de emitir un mensaje masivamente implica “compromiso” por parte de los profesionales de esta industria. La cultura cambia por su efecto e influencia. Por lo tanto, deben emitir desde la dimensión política de fijar unos bienes comunes, unos pensamientos que afiancen un modelo, que hagan sólida e inamovible la propia cultura.
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