burla que levita

Según análisis elaborados, la obra acoge el agnosticismo y egocentrismo que acompañaba a Magritte, simbolizando la superioridad de la razón frente a otra fuerza moral por medio de la cabeza inflada despegada de los hombros, que flota en el aire sobre el cuerpo y es desproporcionadamente enorme en contraste a sus rasgos faciales pequeños.

En cuanto a las fotografías, se opta por la icónica pantalla de los Cines Callao de Madrid, un lugar emblemático que proyecta contenido selecto. Salir proyectado resulta un hito en sí mismo. La imagen capturada refleja la plaza urbanita, permitiendo desarrollar un contexto que resalta el contraste entre ambas culturas. Se elige esta fotografía porque, además de ofrecer una visión completa de la gran pantalla, muestra a varias personas agolpándose para fotografiarla dejando ver las pantallas de sus móviles.

La imagen de los niños, elegida como fotografía proyectada, representa la curiosidad universal y pone en cuestión la disparidad del progreso.

Aunque la fotografía proyectada en la pantalla original de Callao muestra a un cantante conocido, este contenido no se considera relevante en términos convencionales. Sin embargo, su influencia es significativa, pues la imagen se captura como si fuera un contenido efímero.